Según me lo contaron
Resumen
Margarita tenía ojos de cedro; unos ojos de sangre cuando miraba
hacia adentro y se veía el corazón y las tripas. Margarita tenía
cabellos largos, color de astilla; unas hebras lisas que se le encrespaban
cuando le daba por imaginarse sensual. Margarita tenía una mueca
ínfima por boca; unos labios carnosos, pintarrajeados de rojo número
uno, mientras seguía trazando el boceto de su oculto y feroz animal
letal. Margarita era desértica de pechos; voluminosos senos que se expandían
hasta el regocijo cuando hojeaba una revista que tuvo escondida
por muchos años.